Evaluación 'P2P' (peer to peer) o entre iguales: el día que cambió mi vida... Por la bronca de un niño de 6 años (2ª PARTE)
Una simple bronca... Y heme
aquí. Sueños de arquitecto y de artista -sin serlo- truncados tan temprano; y
haciendo ahora equilibrios sobre la cuerda por amor a la docencia, profesión
para la que uno nunca se ve del todo preparado. Puede que esa sea esa la clave...
Aunque esto, como tantas otras cosas, se descubre con el paso de los
años.
Quizás os preguntéis: '¿qué tiene que ver esta
historia con nuestra aula?'
Todo… Aunque tendréis que
seguir leyendo para entenderlo.
Correcciones entre iguales... ¿Una manera de hundir
al alumno, o de darle alas?
En mis pocos
años
como maestro de primaria, he podido comprobar que las correcciones entre
iguales, incluso aquellas que no se plantean de un modo estratégico sino
que -como la corrección que me hizo Paco- surgen de un modo espontaneo, estimulan
mejor que cualquier otra corrección
la percepción
de modelos de conducta positivos para el propio alumno que las recibe.
Implementar en el aula esta realidad significaba realizar una 'reforma palaciega' sobre el modelo de enseñanza que había dejado atrás... Labor ardua y quizás imposible, pero que merecía la pena intentar; más, cuando había otras tantas preguntas para las que necesitaba encontrar una respuesta:
¿Por qué proyectaban sobre un único foco
toda nuestra atención, más si cabe cuando nuestros intereses, capacidades y
ritmos eran tan diversos?
Muy pronto –como os habrá ocurrido
también a vosotros- fui consciente de que no todos aprendíamos al mismo ritmo,
ni las mismas cosas ni del mismo modo. Sabiendo que unos corrían; que otros
caminaban de puntillas por el borde y que
otros tantos avanzaban dando saltos –a veces, sin levantar la vista y perdiéndose
lo mejor del paisaje-, ¿debía nuestro maestro habernos
pautado a todos en conjunto, o guiar a cada alumno por un camino distinto?
Como maestro, ¿sería capaz de
llamar ‘enseñar’ a ese discurso -muchas veces vacio y repetitivo- incluso cuando se mostraba
incapaz de adaptarse a las múltiples
formas que nuestros alumnos tienen de
¿Por qué tenían
miedo a que habláramos en clase? ¿Y
si 'hablar', de un modo ordenado y espontáneo,
fuera una parte imprescindible del proceso de trabajo?
¿Promovían las dinámicas de aprendizaje que había vivido en el aula el instinto emprendedor? Nos daban ‘alas’ para experimentar y descubrir, incluso sin la recompensa de una nota alta?
Sé que la curiosidad no basta para aprender, pero ¿por qué desaparecía de nuestras aulas a medida que crecíamos?
Aun hoy cientos y cientos de maestros continúan buscando, al igual que yo, las respuestas a estas cuestiones que –cada día, y como un grito silencioso que cruza el aula hasta el estrado- nuestros alumnos siguen planteando. Quizás nunca las encontremos… Pero no importa, pues sabemos que la clave de la educación radica en no dejar de hacerse a uno mismo este tipo de preguntas: cualquier sistema que no se plantea periódicamente preguntas acerca de la función que cumple, cómo la cumple y para qué la cumple, nace muerto.
De eso se trata. De insuflar 'alma' al aula. Hacer que
respire, que vibre… Que pueda dar vida a todo lo nuevo, aprendiendo de lo que
ya es viejo.
Pero, ¿cómo podríamos hacerlo?
(Continuará…)
Evaluación 'P2P' (peer to peer) o entre iguales: el día que cambió mi vida... Por la bronca de un niño de 6 años (2ª PARTE)
Reviewed by Unknown
on
15:24
Rating: 5