'Un hobbie particularmente curioso: coleccionar egagrópilas', por Carlos Nicolás Pardo

Las egagrópilas de cualquier ave son los restos aun no digeridos de presas que recientemente acaban de cazar y comer, dentro de ellas se pueden encontrar todo tipo de ratones, topillos… La verdad es que las egagrópilas son un tanto difíciles de encontrar, ya que se parecen bastante a las heces de animales pequeños, y los lugares más frecuentes para encontrarlas son en catedrales, iglesias abandonadas, monasterios y demás sitos altos donde se encuentran los nidos de dichas aves.

También es bastante difícil diferenciar que tipos de egagrópilas son de cada ave, por ejemplo: las de los búhos son más grandes que las de las lechuzas o las de los herrerillos comunes, como es normal, yo también tengo mi propia ave favorita llamada quebrantahuesos, que son como los  buitres solo que con un tamaño un tanto mayor, y no son carroñeros como ellos sino que ellos matan a sus presas cogiéndolas y dejándolas caer desde una altura bastante considerable, después de haber caído y de que dicha presa se haya roto los huesos ellos bajan y se comen el tuétano, que es lo que hay dentro de ellos.

 

Y para finalizar explicare que cada ave tiene sus egagrópilas, por ello cada una tiene sus propios hábitos alimenticios, otra cosas cabe destacar, las aves son muy buenos aliados de los humanos ya que sin ellas estaríamos plagados de roedores ya que todos los roedores están en celo cada mes por lo que cada mes tienen una camada nueva, por ello las aves nos ayudan un poco con el control de plagas, así que por todas estas cosas y muchísimas cosas más me encantan las aves.