Finaliza un ciclo, pero da comienzo otro

Me despido, de nuevo, con la palabra más sencilla de pronunciar, y que tantas veces se nos 'atranca' 

en los labios. 

Esa palabra no es otra que gracias. Os pido disculpas por lo que no haya sabido hacer bien, o cuanto menos hacer mejor, con el convencimiento profundo de -al menos- haberlo intentado. 

¡Os deseo a todos un feliz verano!

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